Conocí a Pilar a través de una amiga que ya acudía a Terapia.
No era feliz. Convivía con culpas, vergüenzas y negaciones. Con miedo al rechazo, a quedarme sola.
Con la ayuda de Pilar he aprendido a perdonar, a dejar salir mis emociones, a no callar, a decir NO, a sentir y, sobre todo, a Quererme.
Pilar no ha solucionado mis problemas, sino que me ha mostrado el camino para que sea yo quien lo haga. Y todo desde la cercanía y el cariño.

Estaba enfadado con el mundo y encabezonado en que nadie podía ayudarme salvo yo mismo. La desesperación me llevó a buscar terapia. Necesitaba alguien neutral. Gracias a la terapia con Pilar he aprendido a reconocer los aspectos de mi personalidad que me limitan, a gestionar mis emociones y a que los problemas tienen distintos enfoques y visiones. He podido obtener las herramientas para poder afrontar los problemas. Recomiendo a Pilar por el enfoque que le da a las cosas. Su manera cercana en la que el paciente es lo primero, respetando sus decisiones en todo momento.

A veces perderse es lo mejor que puede pasar para de verdad reencontrarte. Sentí entrar por primera vez en la consulta con una mochila muy pesada, que no me dejaba avanzar y con el tiempo y la terapia he aprendido a saber dejar ese peso en el lugar donde corresponde para dejar de sentir ese lastre que no me pertenece. Ahora me siento libre, capaz de avanzar, fuerte y con ganas de afrontar mis miedos.
Gracias a Pilar he logrado desgranar mi parte más profunda entendiéndola, aceptándola y mimándola para poder disfrutar de mí.